Riesgos de realizarse duchas vaginales, desde infecciones vaginales como la candidiasis hasta problemas de salud graves.
Las duchas vaginales, que consisten en lavar o irrigar el interior de la vagina con agua u otras mezclas puede poner en riesgo la salud íntima femenina, si se realiza con frecuencia y no bajo prescripción médica como coadyuvante de algún tratamiento.
Ginecólogos y expertos coinciden en que las duchas vaginales no necesariamente limpian la vagina, sino que rompen con el equilibrio de mircroorganismos que forman su microbiota y provoca a su vez alteraciones en el pH vaginal.
Según información de la Oficina para la Salud de la Mujer en la Oficina del Subsecretario de Salud y el Depto. de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., en Estados Unidos, se realizan este tipo de procedimiento, al menos una de cada cinco mujeres entre 15 y 44 años, pese a que los médicos no lo recomiendan.
Las mujeres que realizan este tipo de duchas en su zona íntima señalan que las hace sentir frescas y que les ayuda a eliminar restos de la menstruación, evitar el mal olor y hasta infecciones, sin embargo, los médicos aseguran que esto es falso y que por el contrario pueden poner en riesgo de sufrir infecciones vaginales, entre otras complicaciones.
La vagina posee su propio sistema de limpieza
De acuerdo con la doctora Elise Ross, obstetra y ginecóloga del Instituto de Salud de la Mujer de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, la vagina es un órgano que se autolimpia, por lo que recomienda que se evite el uso de las duchas vaginales.
Añade, dicha experta que, al tratar de limpiarla mediante esta práctica, en realidad se están eliminando los microbios propios y naturales de la vagina y además se altera su acidez y en lugar de proteger, se está creando un ambiente propicio para el desarrollo de infecciones vaginales.
Realizar duchas vaginales aumenta el riesgo de infecciones vaginales
Las duchas vaginales suelen estar accesibles en productos que vienen premezclados y por lo regular están compuestos de agua y vinagre, bicarbonato de sodio y yodo. Aunque otras mujeres suelen hacer su propia mezcla en casa.
No obstante, debido al desequilibrio en la flora vaginal que suelen causar, pone en riesgo de sufrir alguna infección vaginal como la candidiasis o infección por hongos en la vagina, así como de otras infecciones de transmisión sexual (ITS) como el virus del papiloma humano.
Si después de realizarse una ducha vaginal se presentan síntomas como comezón vaginal, irritación, ardor al orinar, flujo vaginal blanco, espeso y grumoso, es muy probable que se haya desarrollado una infección por candidiasis, que es un problema común cuando hay un desequilibrio en el ecosistema y pH vaginal.
Esto se debe a que con este tipo de irrigación se propicia el crecimiento acelerado de hongos vaginales, como el llamado Candida albicans, que suele causar la micosis vaginal más común, es decir, la candidiasis.
El tratamiento de la candidiasis vaginal suele cursar sin mayores complicaciones mediante la administración de antimicóticos, ya sea de aplicación tópica (directamente en la zona afectada) en forma de cremas u óvulos o por vía oral (por la boca) en forma de cápsulas de una sola toma.
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Desarrollar una infección vaginal por hongos, se puede decir, que es una de las consecuencias menos complicadas de realizarse duchas vaginales, puesto que estudios recientes, como uno realizado por la Universidad de Texas, han relacionado esta práctica con el riesgo de infección por virus de papiloma humano.
Asimismo, advierten los expertos que de presentar una infección vaginal previa con la realización de una ducha vaginal se podría empeorar la situación al arrastrar mediante la irrigación, a los microorganismos hacia el interior del útero, e incluso afectar las trompas de Falopio y ovarios, lo que puede provocar un problema aún más grave de salud, la llamada enfermedad pélvica inflamatoria.
Además, se le relaciona con problemas durante el embarazo, irritación o sequedad vaginal, incluso hasta problemas de fertilidad porque llega a afectar los ovarios.
Por lo que, los médicos recomiendan que se eviten las duchas vaginales. La zona íntima solo debe limpiarse al exterior, vulva, monte de Venus, labios mayores y labios menores, con agua y jabón suave que ayude a conservar el balance del pH vaginal, sin restregar, ni tallar. Solo con las manos, sin el uso de algún otro accesorio.
Consulte a su médico.
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